Conclusión:

Luego de haber vivido la experiencia de compartir con el equipo humano de la Asociación Caminos de Esperanza Madres de la Candelaria se puede concluir que dicha investigación permitió comprender el impacto social que ejerce este movimiento en el entorno de violencia en el que vivimos, pues sus actitudes y acciones pertinentes y oportunas ayudan a disminuir el flagelo de la desaparición forzosa y dar por terminado tantos silencios que llevan cada una de sus víctimas, el equipo de trabajo de este lugar da muestra de su capacidad de compromiso para romper toda estructura impuesta por la sociedad, puesto que pasivamente hacen valer sus derechos y se muestran como personas que luchan por liderar y hacer valer los derechos de cada persona.
Al analizar el fenómeno de desplazamiento, violencia y conflicto, como memoria de una sociedad tocada y violentada, se comprende lo importante que es la pertenencia a un lugar para nosotros los seres humanos; y que como lo planteaba Jordi Borja, en la ciudad conquistada, la desigualdad, la exclusión y la indiferencia son “enfermedades que atacan” la población del siglo XXI. Ya que de cierta manera al lograr comprender un poco más el fenómeno, logramos entender aún más el factor antropológico de la mixtura social, y toda una serie de problemas que surgen en torno a ello, y que están directamente ligados al fenómeno de llamado violencia.