
Ana de Dios Zapata; “Nosotras somos mujeres pasivas y constructoras de la paz”.
Como asesora de víctimas en la Asociación Caminos de Esperanza Madres de la Candelaria, trabaja arduamente desde hace 12 años como mano derecha de Teresita Gaviria en beneficio de los más afectados.
¿Cómo llegó a Madres de la Candelaria?
“Llegué por la muerte de un hermano y por la desaparición de otro, de quien aun no sé nada. En 1995 desaparecieron a José Luis, lo tiraron al rio Cauca y fue encontrado a los cinco días; a los siete años se repite la historia con mi otro hermano Humberto de Jesús Zapata, lo desaparecieron el 14 de enero del 2003, con otro primo mío que se llama Jaime Humberto Zapata, iban con tres personas más, a todos tres los desaparecieron las autodefensas”.
“Comencé con los talleres pero no pensé que me iba a quedar trabajando, solo venía a los plantones y a colaborar, así gane cancha".
¿Qué fin cree usted que tenían las Autodefensas?
“Con mi primer hermano lo que paso, fue que las Autodefensas estaban en las carreteras y a todo el que se encontraran en el camino lo mataban o lo desaparecían, eso era lo que estaba pasando en ese momento. Para ese momento iban cinco muchachos en un taxi y todos cinco fueron asesinados y arrojados al rio Cauca en Puente Iglesias. Nosotros no teníamos amenazas, ni sabíamos que eran la Autodefensas, no sabíamos nada de eso. Mi otro hermano salió ese día a llevar una carrera, llegó a un territorio donde no era permitido el acceso a todas las personas y allá lo desaparecieron. Todo no es por algo personal si no por la misma violencia”.
¿Cómo fue su proceso después de la desaparición?
“Cuando se desaparece un familiar, las victimas quedamos como una rueda suelta, empezamos a buscar por todas partes, incluso vamos hasta el lugar donde los desaparecieron. Yo fui hasta Cristales y no pude llegar porque los mismos autores no me lo permitieron, por eso no pude rescatarlo pero estuve muy cerca.
Cuando se desapareció José Luis, mi hermano Humberto salió a buscarlo, pero no llegaba y me toco salir a mí sola a buscarlos a los dos por los lados del nordeste, empecé a buscar en Barbosa, Santo Domingo, Porce, Santiago, Cisneros, Puerto Berrio…Una lucha que me llevo a la muerte de ellos y a no encontrar al otro”
¿Cómo se enteró de la Asociación?
“De la asociación me entere por una prima que también estaba buscando a su hermano, ella pasó por el Parque Berrio y se dio cuenta de lo que estaba pasando. Yo prepare las fotos como ella me dijo y me vine, desde ahí hice parte de las Madres de la Candelaria, conocí a Teresita y con ella y las demás cogí mucha más fuerza para ir a buscar a nuestros desaparecidos e indagar más sobre lo sucedido. Con ellas me paraba los miércoles en la iglesia de La Candelaria, con la foto de mi hermano, hice de todo. Comencé con los talleres pero no pensé que me iba a quedar trabajando, solo venía a los plantones y a colaborar, así gane cancha”.
¿Qué beneficios encontró?
“En este proceso encontré parte de la verdad, me capacite porque me tocó ponerme a estudiar, y aunque conto por cuenta mía lo logre. Entre a un programa que tenía la Alcaldía de Medellín y fui una de las primeras mujeres que empezó a estudiar estando en la Asociación. También fui la primer victima que estudió con los mismos desmovilizados pues la mayoría tenían mucho miedo de estudiar con ellos”.
¿Cómo fue la experiencia de estar con los desmovilizados?
“Cuando llegue los desmovilizados me empezaron a preguntar por códigos y yo no sabía qué era eso y entonces me decían que como había empezado a estudiar aquí y les dije que venía gracias al programa de la Alcaldía de Medellín.
Estudiando con ellos sentí tristeza, nunca sentí rabia, yo no me puedo dejar llevar por la rabia, ni agredirlos, ni que ellos nos agredan a nosotros. Me sentí frágil por tanto daño que hicieron y nunca me he sentido amenazada. Ellos se dieron cuenta que yo era una víctima como a los 4 meses y se llevaron las sorpresa más grande del mundo”.
¿Cómo las beneficia a ustedes el Programa de Justicia y Paz?
“El Programa de Justicia y Paz fue lo mejor que nos pudo pasar a las víctimas. Nos benefician porque los mismos postulados para la Ley de Justicia y Paz comenzaron a confesar donde estaban los desaparecidos, tuvimos la oportunidad de estar con ellos en las versiones libres. Hemos encontrado 98 restos y realizado trabajos en las cárceles gracias a este.
Nos han entregado coordenadas donde hemos encontrado restos, que han ayudado un poco con la tranquilidad víctimas silenciosas. Sin embargo no todo ha sido satisfactorio, porque algunas fosas están vacías, a mí por ejemplo me pasó. Resulta que un fiscal había investigado que a mi hermano lo habían matado y lo habían enterrado dentro de un carro junto con 4 personas, la Gobernación de Antioquia me colaboró con una retroexcavadora para poder sacarlo, se hicieron huecos pero no había ni carros, ni personas”.
¿Cuántas personas conforman el equipo base de la Asociación?
“En la parte administrativa solo estamos Teresita y yo, pero también hay mujeres que van a los talleres y nos hablan de perdón y reconciliación. Nosotras trabajamos muy de la mano de la institucionalidad: Alcaldía, procuraduría, Gobernación, Fiscalía de la Nación y Defensoría del Pueblo”.
¿Qué requisitos se deben tener para obtener la ayuda de ustedes?
“Una víctima cuando llega aquí se le escucha para saber que paso, debe tener una denuncia, recoger todos los documentos del familiar como fotos y asi empezar a construir el hecho. Comienzan los trámites de la fiscalía y si no me traen el papel de la denuncia de la fiscalía no puede empezar el proceso aquí, porque debemos comprobar que son víctimas y que es verdad lo que les pasó.
Nosotras les decimos que deben hacer, les hacemos acompañamiento al sitio, indicándoles a donde tienen que ir y más si no son capaces. Les ayudamos a reconstruir la denuncia, a indicarles que van a decir, porque nosotras sabemos que autores estuvieron actuando en ese lugar, y aunque ellas también saben les da miedo hablar. Es importante que tengan muy en cuenta las fechas del suceso, que tenían alrededor para poder llegar a la fecha precisa del acontecimiento. Les ayudamos a reunir toda la información y las asesoramos, las acompañamos hasta la fiscalía pero son ellas las que tienen que hablar y hacer la denuncia”.
¿Qué pasa cuando la víctima gana su caso? ¿Qué reciben ustedes?
“Las victimas pueden acceder a una reparación administrativa, y también se puedan recuperar emocionalmente con psicólogos y talleres. Nosotras hacemos que ellas se concienticen que ese hijo ya no está y que no va a llegar. El estado no nos ha dado reconocimiento económico a las víctimas, eso es muy difícil, a las que les ha tocado ha sido por 40 salarios mínimos, por cada ser querido que perdió. Nosotras no hemos recibido nada, después de eso a muchas no las volvemos a ver”.
¿Cuáles son los talleres que ofrecen dentro de Madres de la Candelaria?
“Los talleres son de recuperación emocional que hacen los psicólogos, se han hecho talleres de prevención y trata de blancas, el cual comenzamos a trabajarlo este año. También está el taller sobre la prevención para los niños huérfanos de la guerra para que no caigan en las drogas y en la prostitución que comenzamos en el 2010. Estudiamos la parte psicosocial, para la recuperación de las mujeres, trabajamos las memorias acompañados de los psicólogos y los abogados, mientras estamos bordando hablamos de la problemática de las víctimas, de las leyes, es un dialogo que tenemos mientras realizamos estos trabajos. Hacemos manualidades, almohadones, bordados a mano, tejemos tapices de memoria que cada una hizo de cómo era el campo antes de que pasara todo y otro en el mismo tapiz donde comienza el desplazamiento, todo esto es tejido a mano y lo presentamos por medio de obras de teatro”.
¿Cómo ve usted proyectada la Asociación dentro de 5 años?
“Yo creo que la Asociación en unos 5 años va a estar más fortalecida porque tendremos mucho más conocimiento, gracias al apoyo de los medios de comunicación, los psicólogos y los abogados”.
¿Cómo cree que les fue en La Habana Cuba?
“En los diálogos de paz, creo que nos fue muy bien, porque en las mesas trabajaron temas muy importantes sobre la problemática que está pasando, porque ellos tiene que ver que las víctimas ya no están calladas. Que “Tere” fuera a La Habana es algo importante para nosotros. Yo creo que ellos nunca pensaron que las víctimas iban a llegar hasta allá; el proceso de paz es lento pero yo creo que se va a dar”.
En su trabajo ¿Qué es lo más gratificante?
“La desaparición forzada y la reparación de victimas ha sido lo más gratificante para mí, cuando me toca tomar las fotos de los restos que se entregan, yo digo “ay que dicha” ojala fuera mi hermano, mi primo o alguien de la oficina. Colombia es el primer país que está reparando victimas porque ningún país lo ha hecho”.